jueves, 21 de octubre de 2010

Burocracias


"¡Híjole, joven!". "Es que todavía no dan las once y no ha llegado la Licenciada". "Fíjese que no le voy a poder realizar el trámite porque las copias no vienen por triplicado y no trae el acta del castastro." "Es que no me han llegado lo que vienen siendo los sellos". "Ya le dije que sin copia de su cartilla no le puedo prestar el baño".... simples chascarrillos en comparación con los británicos.

En el Reino Unido todo es por triplicado, con acta de nacimiento, pasaporte, iniciales, rúbrica, firma, testigos, sellos, códigos y aquiescencias. Irónicamente, esta burocracia absurdamente totalitaria - o totalitariamente absurda - es la burocrcia privada. Ejemplo. Cambiar dinero en el banco implica depositar el dinero primero, revisar la autencidad de cada billete y luego llenar una ficha de retiro. Todo es vueltas y papeles y en efectivo. Las tarjetas de crédito o débito son el diablo.

Lo dije hace un año y lo repito ahora: creo que los mexicanos ya no estamos tan atrasados y, poco a poco, muchos de nuestros trámites resultan ya ser muy sencillos; titularme lo fue, sacar mi acta de nacimiento, credencial de elector y licencia de manejo lo fueron.

Aún así - o aunque no fuera así - prefiero a Lupita con la torta de tamal y el atole en el cajón que a Collin con su corbata fea y sus dientes chuecos y amarillos. Al menos es más auténtico.

Por cierto, Collin, el del banco, tuvo que googlear a ver si mis dólares eran verdaderos porque no los conocía. Lupita, desganada, los hubiera tomado y dado mi "vuelto" para poder seguir desayunando.

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