
Ha llegado octubre y con él sus lunas. Uno de los pocos meses a los que se les puede escribir más de una vez. La temperatura baja y los sentimientos se vuelven nítidos. Yo en mera partida y pensando en lo que se avecina, en lo que dejo también.
Octubre y el mes en que mi ánimo comienza a cambiar. Termino siendo más palpitante a la luz de las ocres tardes que ya se presentan. De nuevo, como todos los años, llegó con mucha fuerza, con una mirada y una sonrisa tan presente. Terminará, al parecer, en otro país, con mi propia mirada siendo distinta; de mis sonrisas ya ni sé. Lunas muchas. Lo único que pido. Lo único que entiendo.
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