Es fácil que me pierda en mis propios retos y convicciones. Ello luego no me permite ver los muchos y grandes amigos que tengo ni prucurarlos como debiera. Éstas han sido semanas en las que he podido disfrutar de muchos de ellos.
Mensajes que van desde Mérida a Ginebra, pasando por Querétaro con escala en Londres, Cholula y Trevisso. Excesos en horas,en bailes, en fiestas y conciertos, pero también en mesas largas y de pláticas inagotables. En estos días me he transportado a lugares y tiempo distintos. Todos con ellos con las sonrisas que fueron y las que son.
Pero también tiempos para escucharme, para escucharlos y para entender a través de ellos lo que ha sido mi historia. Son muchos que están aquí, los que demuestran cariño sin más.
Soy sumamente afortunado.
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