domingo, 29 de abril de 2012
60 horas
Semana de facturas altas y trabajo en exceso, de horas en las que el despacho ya sólo era mío y de viajes relámpago, de juntas en calor e ideas para ajustar las cosas.
Para el final de ella poca fuerzas quedaban. Remediada con horas de experimentar en cocina y concierto de fuga de estrés. Muy bueno. Muy reponedor. Termina durmiendo con helados rojos para aminorar lo calcinantes que son los días ahora. En todos los sentidos.
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