domingo, 30 de agosto de 2009

Sunshine

Hace dos o tres años me subía a mi coche y decidí hablarle a M. En contraste con el común de nuestras llamadas ese día se encontraba conflictuada como nunca. No podía verme y, sin embargo, parecía necesitarlo. Tres horas más tarde estaba sentado con ella en una mesa afuera de un super.

Ese día entendí lo mucho que ha hecho por mí con su tiempo y sus palabras, qué mejor que poder hacer yo lo mismo.

Después de tantos años y tantas historias, M, sigues siendo ese oasis de tranquilidad, sigues siendo mi refugio más preciado y sigues proveyéndome de ese espacio donde todo encontrará cordura.

No sé que hubiera hecho sin ti esta semana. 

1 comentario:

  1. Estoy segura que ella te lo agradece también. Esa clase de sentimientos es imposible que no sean recíprocos.
    Lucky her.

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