Un día comencé a jugar. Sólo porque era nuevo, porque podía. Otro día me di cuenta de que amaba eso por lo que jugaba y comencé a trasmitirlo. Sólo porque quería que muchos más pudieran disfrutar el mismo juego. ¿Porque por qué no buscar que todos jueguen si es por lograr algo mejor, si es por construir, si es por México?
Años más tarde me encuentro con postales desde la Haya en mi oficina en las que me hablan de coach, de gusto y de gracias, de lo que viene. Años más tarde me encuentro con una tesis que en su dedicatoria me dice esto:
[...] I am in no doubt that there is some common law among nations which applies to war and its conduct; so there are many urgent issues leading me to take up my pen. I have seen a wantonness in warfare among Christmas which should be shameful even among barbarians; I have seen men sum to arms for frivolous or inexistent reasons, and having taken them up, show no reverence for divine or human law, as if at a word their fury had been unleashed and they were capable of my crime [...]
[...] We should therefore remedy their arguments, so that people are not encouraged to believe either or everything that they say [... ]
Hugo Grotius. Prolegomena.
De Jure Belli ae Pacis
Años más tarde no puedo contener la alegría de que uno más saldrá al ruedo pronto a continuar con el juego en estos términos. Años más tarde no puedo más que agradecerle a la vida el haber podido ser parte de ese proceso, de que creyeran en mí, de poder dejarme trasmitir estos anhelos. Años más tarde sigo agradeciendo a este juego lo mucho que me ha dado y lo muy feliz que ha hecho.
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