Hace unos meses tuve la oportunidad de quedarme a vivir en Europa y dedicarme para siempre a lo que más me gusta hacer, sin la mayor de las responsabilidades. No lo hice porque creía y creo que si podía hacerlo allá, por qué no mejor hacerlo en México, mi país. Las cosas de vuelta no son tan fáciles ni tan cómodas como lo hubieran sido allá y no importa en lo absoluto.
Creo en México. Creo en la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene de aportar lo que pueda, por mínimo que sea. Creo que sí se puede construir un país mejor.
La muerte siempre será indeseada, pero lo que me duele es lo que se acaba. Hoy tal vez termina un proyecto de Nación. Por los tiempos, por las cargas, es difícil que sea de otra forma.
Me sumé a él no porque fuera perfecto, – mucho distó de serlo - sino porque era real. Era un anhelo sincero de alguien que también creyó en México.
Sin la menor duda, hoy es un día de luto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario