
Días de buena comida y buena gente. Tiempo de desgustar los colores que se reflejan en el muro rojo mientras la tarde va cayendo. Un regreso a la cocina y a jugar a que sé cocinar. Horas sentado al suelo de conversaciones interminables. Noches tranquilas de tonos oscuros.
Necesitaba una pausa así. La cabeza estuvo dando vueltas un rato.
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