martes, 19 de julio de 2011

regresar


De vuelta en casa. Como si no me hubiera ido. Las hermandades siguen siendo igual de felices. Casi nada ha cambiado. El sentimiento de pertenencia es el de siempre. No pudo ser mejor.

Ya aterrizado comienzan a llegar señales de que el juego tal vez sí pueda continuar y con él las ganas terribles que traigo de generar un cambio. Tal vez sí haya cancha. Tal vez lo que dejé en Europa sí pueda ser redituado rápidamente en el lugar en el que verdaderamente puedo contribuir.

Pase lo que pase, por el momento sólo espero mi semana de sol y la otra del naranjo. La última y necesaria pausa antes de devorarme las cosas de verdad.

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