Hace un año volvía. Lo hacía sólo por esta maravillosa tierra. Dos atrás me iba, también, gracias a este idilio llamado México. Nunca he entendido lo que siginifca del todo, pero me es inevitable inflar el pecho al pensarlo. Ahora que después de años por fin me sentí listo para leer a Paz creo en aquella soledad. Somos nada, pero todo también. No somos algo mismo. Y simplemente no importa. Méxicos hay muchos. Demasiados. En un año en el que he podido conocerlo más todavía, alcanzar pisos en los que no había estado, me convenzco cada vez más de ello.
Y el qué es un buen mexicano, qué implica serlo, sigue siendo uno de mis mayores pensamientos. Gritar en la calle, aunque yo no lo haría. Planear, para ingerir y construir, tal vez. Respetar, aromas y colores. Creo, sea lo que sea, que se reduce a una sola palabra: haz. No pregonarlo, o creerlo, o entenderlo... hacerlo. Hacer por esta noción etérea. Si es que algo es ser buen mexicano. Eso es lo que creo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario