martes, 31 de julio de 2012
julio
Hay momentos en los que la vida pausa. Transcurre, sí, pero parece dejar de lado que las cosas siguen y opta por darse el tiempo de entender. Julio fue así.
Implicó entender porqué México cambia y entender qué es lo que debe venir adelante. Implicó que entendiera que hay muchos Méxicos en muchas cabezas y muchas geografías en muchos Méxicos. Entender porque me sigo enamorando cada que lo hago.
Julio me hizo entender la ausencia y poco a poco tratar de empezar a ir digiriéndola. También me hizo entender la presencia y cómo las cosas pueden cambiar desde adentro. Tanto hasta que terminan por desconocerse y, sí también, tal vez hasta dejarse de desear.
El mes me hizo entender qué soy y a lo que pertenezco. Me hizo regresar a la isla a jugar por jugar, a recolectar los frutos. Me hizo también entender lo que siento y aceptar lo que no y lo que no depende de mí.
Entendí que la vida sigue. Buen mes después de los estruendos. Los cambios, de todos modos, siguen.
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