Me gustaría poderle decir villamelón y ponernos a hacer chipotles en la terraza. Me faltaron todavía muchos regaños por no colgar mi ropa al entrar al cuarto y muchas, muchas pláticas en su salita.
Hay tantas cosas que no sé y tantas más a las que le tengo miedo. Todavía no puedo entender qué pasará cuando me tope con ellas sin él.
Sé que aquí está. Lo siento. Pero también lo extraño mucho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario