
El día llegó. Ése que se volvió una realidad después de haber pasado tantas etapas. El mismo que me hizo dudar de mí y de mi camino. Ése que me aterraba hasta la médula. Hoy finalmente tuve que decidir si quería cambiar el rumbo de mi vida y mis anhelos. La respuesta la sabía desde hace mucho pero me había perdido tratando de encontrarla de nuevo.
Hoy, mientras le decía a JC que mi futuro está de vuelta en casa, la sonrisa instintivamente me retornaba. Mientras más me descartaba, más me llenaba al hablar de México y de todo lo que le quiero dar. Hoy cuando decidía que no quería trabajar permanentemente junto a él, decidía también que quería ser feliz. Eso que se compone de tantas y tantas cosas que no tienen que ver con la profesión.
Éste pudo ser uno de esos días en los que mi vida cambiaría para siempre, como sólo había tenido dos. Éste pudo haber sido el día en que no regresara. La vida me hubiese llevado por otros caminos que seguramente habría seguido por pasión. Me conozco bien. Tal vez nunca litigue ante la Corte o genere mi propia teoría del derecho, pero estoy conforme con ello. Me llevo por otra pasión, una que me motiva todavía más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario