
domingo, 27 de febrero de 2011
febrero

sábado, 26 de febrero de 2011
de la nada

Last Words
lunes, 21 de febrero de 2011
M-Adrid
Existe un halo de intensidad vivaz que sólo tiene Madrid. La Puerta del Sol, sus damas ecuatorianas y quienes imploran por oro como si todavía llegara a carretonadas de Perú, dicen más de lo que quieren, añoran instantes pasados. Olor ocre y profundo a ciudad vieja con memorias de colonia. El Retiro y la Puerta, La Vía, la Castellana y sus otros dos nombres asoman los vestigios de capital. Clichés con azafrán y otros de Jabugo que me devuelven sabores admirados. Ruidos vocales, espontáneos y festivos, que definen el andar de la urbe. Elegancia informal que se mantiene intacta. Tal y cómo la recordaba cuando años atrás me sentí en casa y creí que algún día viviría aquí .
La tierra adoptiva de Drexler y los nuevos Camper viajeros, que apenas al llegar me dejaban en una de sus tantas casas, me indicaban que esta vez sería distinta. Mucho más cercana. La reconcepción del espacio y sus funciones que iniciaba en Malasaña. Las cortinas cerradas de media tarde y la fiesta tardía señalándome la verdadera esencia de este lugar. Familiaridad y facilidad. Sabores maridados con Riveras, confitados, fusionados, desconocidos, que alejaban mi paladar de sus entendidos esquemas. Mi propio reentendimiento de la ciudad. Una de las consecuencias que más valoro al vagar por la vida.
Esta vez me atrapó en aquel día del año en que todo lo es bueno y en el instante en que un cuadro me estremeció como hacía tanto no lo hacía ninguno. El líder con estrabismo justo después de los tacones multicolores, las sombras de carrusel que podían perpetuarse por horas y la maravillosa compañía a mi lado. M con la que he pasado tanto y con la que ahora me tocó compartir batallas con el chino y larga noche culminada extravagantemente madrileña, justo después del casi innombrable perro. Estupenda anfitriona. La noche anterior Phoenix, Two Door y las negativas de Döner; viernes convertido en los jueves de whiskys de la jungla terrible. También, desayunos escurridizos y otros de casa seguidos de siestas perfectas. El balance ideal que todos los viajes deben tener.
El trayecto cierra con la parsimoniosa tranquilidad de una amistad sin complicaciones y el gusto de haber podido estar cerca justo en un instante violento y cargado. Convivencia perfecta, maravilloso escape de la isla, sublimemente coronada en tonos de chocolate blanco y mascarpone.
martes, 15 de febrero de 2011
Jimmy C

lunes, 14 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
boletos
Ésta fue una semana de boletos. En ella tuve que recoger el que próximamente me llevará a la península y al sol, a los soles, en realidad. Merecido escape de la isla. Semana, también, en la que quedó listo el boleto a donde más lejos habré llegado. El cruce de las civilzaciones me espera como uno de los viajes que más anhelaba. Rondines e ideas en medio de la vorágine de las letras.jueves, 10 de febrero de 2011
dapper
Cuando estaba en la prepa mi escuela se encontraba a escasas tres cuadras de mi casa. Contrario a lo que se pensaría, no era poco común que llegara tarde a clases. La razón: muy sencilla, nunca me levantaba a tiempo. A tal grado llegó esa situación que hubo un momento en el que M, al llegar a la escuela, invariablemente me llamaba para que me despertara. Naturalmente, con tan poco tiempo para llegar a la escuela, sacrificaba algunos de los pláceres u obligaciones básicos - según se aprecie - como el desayuno y, sí, a veces el baño. Cuando lo segundo sucedía la técnica empleada era la de ir muy "catrín" a la escuela. Esa era la forma de disfrazarlo. Hoy, ya no puedo hacer eso. Salir de mi casa sin bañarme sólo podría ocurrir en circunstancias extremas. Extrema necesidad o extrema flojera. miércoles, 9 de febrero de 2011
sábado, 5 de febrero de 2011
marea de viento

C.U.
Poco antes de regresar a la isla decidí pasar un día en C.U. Solía hacerlo antes, cuando los tiempos eran distintos. Solo. No soy universitario ni los colores azul y oro tienen un valor preponderante en mi vida. Sin embargo, a través de estos años, he encontrado muchas razones que me unen a ese espacio. Me produce una cierta nostalgia viajera que me invita a regresar.

