sábado, 6 de febrero de 2010

El J y los que pasamos por ahí

Todo llega a su momento, pues cuando se cocina lento, con pasión, el resultado es siempre conmovedor. Ayer el departamento del quinto piso se covirtió de nuevo en el bunker, el cubil felino. Más de seis años después de que el que algunos llaman traidor me trasmitiera el deseo, a casi tres de que se cristalizara, el "Iuzball," el entrenamiento intensivo de "Winning" en la estación espacial, los whiskys con café para el desayuno, el sapo y la estaca y la negativa a emitir pendejadas sólo por convivir inundaron de nuevo el aire.

Motivos nunca han faltado, irónicamente tuvo que venir el catalizador de esta noción para que nos reunieramos por primera vez todos los de todos los años. Dr. P y todo lo que significa.

No hubo mejor manera para recordar y entender lo que hoy implica para todos un simple concurso traducido en miles de horas de conviviencia. Una sola filosofía.

En realidad nada más que eso: un concurso y un bonche de hermanos.


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