domingo, 27 de mayo de 2012

mayo


Mes de temperaturas insufribles, de demasiado, de llevar a los límites todo lo que me rodea.

Tiempo en el que verdaderamente nos comenzamos a fijar en México y en lo que viene. Reventó lo que tenía que reventar y el país se vuelve consciente de que lo viene y lo importante que es. Anhelos y llamados puros y la esperanza de un México mejor. Todas las ganas de contribuir a que ello suceda.

Mes de fin de ciclos de estudios y de trabajo de excesos. El juego en sus múltiples formas caminando y yo poco a poco encontrando la estabilidad laboral que tanto necesitaba. Mes, también, en el que me tocó aportar un poquito de nuevo. Eso siempre y las veces que sean necesarias.

Mayo fue de despedidas de compañeros y de historias. Por un lado, el Maykel y nuestras aventuras. Por el otro, dejar ir, por fin, justo en el punto en que le parecía que ya no iba a poderlo hacer. Cambios abruptos esperados y otros no tanto que se comienzan a gestar. Grita que muchas cosas serán diferentes ahora. Extrañamente, siento la necesidad latente de que todo se mueva y hacia el final del mes lo comencé a hacer.

Explotó algo. Muy, muy duro. Ya nada va a ser igual. Me emociona.

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