Tal vez después, mientras 3 años maravillosos de anhelos y realidades transcurrieron; cuando por fin se cristalizaba el sueño jugado. No, ni ahí, aunque lo deseara tanto. Luego, me supe más cerca, al menos ya era profesión; pero tampoco ahí era tan latente.
Fue hasta el jueves. Por ahí de las 6 de la tarde, sentado ahí, de frente; 2 milésimas de segundo antes de emitir palabra.
En ese momento lo imaginé, lo sentí, lo saborée, lo disfruté ... lo supe. Agente de México ante un tribunal internacional.
Uno de mis más grandes sueños. Por fin pude aportarle a mi país lo que creo. Fue contundente.
No puedo aún explicar el furor que me recorrió en ese momento ni el que todavía corre por mis venas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario