
Lo volvió a hacer. Drexler y sus múltiples reconstrucciones. El repudio a la consolidación que trajo el Eco y a la angustia y nostalgia del 12 segundos de oscuridad, a través del Amar la trama y su parsimoniosamente intempestiva felicidad. Trombones abruptos donde antes habían sintetizadores y violas. En sus propias palabras, un disco "escrito con la letra 'a', la de los afectos y los suspiros."
Convenientemente refrescante; representativo de estos tiempos de chasquidos. ¡Yeih!
Aquí una muestra (lástima que el sonido no es lo mejor):
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