
Situación: Detienen al menos 7 presuntos terroristas, por supuestamente haber secuestrado un avión que viajaba de Cancún a la Ciudad de México. Lo detenidos son presuntamente bolivianos, seguramente inexpertos y seguramente rupestres.
Opción 1: Los transportan a un inmueble federal conocido. Los recluyen en un cuarto con acceso a servicios. Se llama a representaes de la CNDH y organizaciones de la sociedad civil para que den fe de la manera en que se realizan los interrogatorios. Se les otorgan todos los derechos que la ley les concede y se les sigue un proceso justo e imparcial. Como consecuencia de ello, durante la próxima sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, México será ovacionado por su eficacia en las labores antiterrorismo y, ante todo, hacerlo en concordancia con los más altos estándares de derechos humanos.
Opción 2: Los transportan a un sitio clandestino. Los agentes Pérez y Urrutia les dan la bienvenida de forma "amable." Frente a ellos se colocan un barril lleno con un liquído de naturaleza dudosa, una mesa en la que descansan unas pinzas y un caotín.
Decisión: Vamos, vamos amigos no sean tímidos; yo sé que es lo que prefieren. Es normal, es parte de la naturaleza humana. No, no, no se repriman, saben que es lo que quieren.
No, es cierto, no es una decisión sencilla; yo tampoco sé si escoger entre las pinzas o el caotín. ¡Bah! ¡Por supuesto que prefiero el caotín!
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