lunes, 13 de agosto de 2012

regresar


Cuando vivía en la isla tuve oportunidades de quedarme en Europa, pero siempre hubo algo que me gritaba que debía volver a casa. No sabía que era, sin embargo algo dentro de mí me decía que no podía quedarme, que tenía que volver. Era tanta la fuerza de ese sentimiento que no dude al momento de decirle a JC que regresaba y no me quedaría con él.

M, robándose un discurso famoso, alguna vez me dijo que uno sólo puede unir los puntos hacia atrás. Creo que ahora estoy uniendo los puntos de mi vida y las causas que me hicieron volver han salido a la luz. Tenía que volver por mi papá. Tenía que volver para probar la realidad y saber medir los pasos en la ausencia de siempre-presente fortuna. Tenía que cerrar ciclos; poco a poco lo voy haciendo o intento hacerlo. He aprendido en estos días que necesito recordármelo, que olvido fácil y que cuando perdonas fácil, olvidar lo es más. Pero si lo intento, si lo pienso, regresan las causas por cual cerrarlos. Aunque en muchas cosas la cabeza no tenga nada a que jugar en realidad...

Me emociona mucho la idea de regresar a Cantab y a mi lugar feliz. Me emociona regresar y recordar quién era yo estando allá. Necesito saborear la idea de que nada de lo que creía estando allá es hoy realidad. Necesito entender cómo la compañía que esperaba y lo que ideaba estar haciendo simplemente no es y tal vez no lo sea. A pesar de ello, de la fuerza con la que añoraba tanto todo ello, de la pasión que le puse a ese tiempo sólo para regresar a luchar por todo, que sea distinto no necesariamente es malo. Crecí mucho estando allá. He crecido aún más en mi tiempo de vuelta. Tal vez desde el lado oscuro de las cosas.

Hoy la mesa puede empezar a ponerse para regresar pronto al Mural de Tamayo. Sigue siendo mi mayor anhelo. México sigue siéndolo.  Pero como me dijo G hoy, no estoy atado a nada ya. Mentiría si si digo que no lo he pensado, que la idea jugar en esas ligas no está sembrada de nuevo en mi cabeza. Mi jamaicón es muy grande, pero también la vida europea me llama mucho. Las tardes ocres y los fríos que calan. La dieta de quesos y vinos. La atmósfera bohemia. No sé si lo vaya a buscar, pero tal vez, sólo tal vez, sea momento de regresar...





No hay comentarios:

Publicar un comentario