
Es el regreso a la casa vieja, al naranjo y en la que sólo vale vagar descalzo. Unos momentos con el abuelo y muchas horas con la abuela. Navidad que con el tiempo ha adquirido tonos de Sinatra y que cuando acaba siempre lo hace ya nada más con el núcleo en la terraza de estrellas. La mejor tradición de todas. La calma final en el lugar de siempre. El refugio.
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