
Hoy platicaba con B sobre las historias que no recuerdas pero que estás convencido de que te marcaron de alguna forma. Me pasa seguido con películas y libros. Recordaba a Watanabe y a Naoko, pero no recordaba su frenesí.
Hoy también, por fin y después de tanto tiempo, pude ver Norwegian Wood. No me encanta ver adapataciones. Siempre hay algo que se pierde en el camino. Pero la fotografía del trailer y un score compuesto por Johnny Greenwood eran suficientes para incitarme a hacerlo. Me gustó, mucho, pero tanto como te puede gustar que se distorsionen tus propias imágenes de un libro.
Trajo de vuelta la historia de Watanabe y Naoko y con ella el terror que implica querer de más, querer sin más y querer cuando no lo vale.
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