
Volví a tomar la carretera como cuando me fui. De nuevo el cruce de la mitad del país y con él los colores y contrastes que sólo se pueden ver aquí. Horas para pensar en lo que viene, para terminar de regresar de verdad.
Ya de vuelta en la jungla terrible los días son completos, aun cuando todavía no tengo horarios. La satisfacción de tener ya una base y que el miedo de no encontrar nada haya sido sustituido por una feliz baraja. Los acercamientos cambian. El diálogo cambia. La meta no. El gusto tampoco. Ya sé la que quiero.
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