miércoles, 4 de noviembre de 2009

Hasta ahora

Todo empieza en el momento en que al Tío Ch le decían que se acababa de convertir en abogado. En realidad empieza 9 meses antes, tal vez 6, dependiendo de la legislación o la teoría que se quiera seguir, pero como lo cuenta la abuela es así. Sí, esa historia que toda la familia conoce en la que el tío A le grita por el balcón que había sido un varón. Sí, esa en la que al abuelo lo bajaron del avión porque Doña O se había sentido mal. Sí, 20 días antes de lo esperado.

Irónica primera seña que el niño mandaba al mundo: todo iba a ser acelerado, intenso y apasionado. Mucho ha pasado desde entonces.

Sin fin de caídas y raspones. Varicela, ronchas, gripas y otras cosas funestas.  N número de berrinches y regaños, creo que mayores elogios.

Cuatro distinciones al mejor alumno y una expulsión. Inumerables caritas felices en las tareas y una que otra carita triste. Cuatro escuelas.

Seis tarjetas amarillas; pocas para un defensa nato. Una sola expulsión; de esas que salvan goles. Como 11 goles. 6 equipos; siempre jugando a perfil cambiado. Los zurdos dicen que el futbol es de ellos ... no hay nada mejor que quitarles su propio puesto. Un paso aventurado, pero afortunado por el volley. Tenis, natación y golf también pasaron por ahí.

Incontables momentos buenos con los amigos; incontables amigos, unos por cada etapa. Algunas varias borracheras; unas que sacaron risas, otras que sacaron lágrimas. 

Sin fin de proyectos; muchas metas cumplidas, otras no, pero de las que se aprende. Un título acádemico, dos medallas de vida, de anhelo. 

Muchas pasiones, sólo dos amores ... ahora tres.

9131 días. Anhelando que vengan muchos más, con muchas más cosas que vivir. Agradecido de los que han pasado hasta ahora. 




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