¡Cómo me gusta mi trabajo! Hoy fue uno de esos días en que "ese algo" se presentó. Good timing.
Defendí la sola China; pero no podía usar sinónimos ni antónimos, pues al hacerlo podía hacer todo menos defenderla. ¿Qué tal que terminaba reconociendo lo que no queremos reconocer?
Recordé a mi amigo con nombre de ciudad con tribunal, ahora que los rupestres lo traen a colación. Era para la de cinco, pero no puedo dejar de pensar... ¡tontos plataneros! Judicializaron justo lo que no debían judicializar. A ver a dónde los lleva eso y si no se arrepentirán de su berrinche institucionalizado.
Al final, ya nada más vi que el derecho de navegar es libre, sin peaje ni visa. Eso sí, tu pescas yo pesco, pero no te puedo limitar. También que petróleo hay en todos lados, el punto es como se reparte, porque ¿qué tanto es tantito? Por supuesto, no podía faltar de nuevo Ernesto y su apellido colombiano. Todo para agradecer a la señora de bellos ojos tapados y a los 15 galanes que la sostienen (lástima el nopalito y el agotado) por otro año de show. Ello en la ciudad donde está la otra señora, la que no tiene los ojos tapados.
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