sábado, 28 de agosto de 2010

wish = will


Decidí dedicarme al derecho internacional desde la segunda o tercera semana de haber entrado a la carrera. Simplemente supe en un instante determinado que ése era mi camino. Así, nada más. Durante todo ese tiempo las cosas se han ido acomodando. Pieza por pieza, todo ha caído en su lugar al momento en que ha tenido hacerlo.

Hablar de un camino fácil o difícil sería poco descriptivo. Ha sido. Punto. Oportunidades y decisiones en el momento que fueron llegando. Suerte aprovechada, talento recolectado.

Quería hablar de cómo en la última de mis aventuras tragué y escupí un perito en mi estocada final a los idealistas sin fundamentos o de cómo, a pesar de haber sido la mejor de nuestras versiones, continúo haciendo berrinches ante un Estado y un sistema que carece de los mínimos fundamentos aún. Ya no. Siendo el momento de dejarlo, prefiero resaltar que ha sido un proceso magnífico. El verdadero significado del éxito: aportación.

Siempre encontraré bemoles y cosas que creo firmemente deben cambiar y superarse. A pesar de ellos, a casi dos años, sólo puedo decir que estoy contento de haber aportado lo poco que sé a mi país. Me voy feliz de saber que mi trabajo generó diferencias y perfeccionó el fondo y la forma con la que hoy nos posicionamos.

Si la suerte y la vida me lo permiten, en un año estaré regresando a jugar a armar un mejor país...

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