De dejar ir y de retorno. Así fue este año.
Muy al principio confronté mi pasado y todas las puertas entreabiertas que habían quedado. Me acerqué y jugué con ellas. Sin darme cuenta se habían cerrado, las había cerrado yo. Todo el cúmulo que esperaba había desaparecido para bien. El año transucurrió en esa ironía para todos los días tener que continuar ese ejercicio. La feliz tranquilidad de saber que lo que fue, ya no es y ahora sólo es un recuerdo fantástico de mi vida y de algún momento trascendental de ella.
Por esas fechas conocía a R también. Con ella completaba ese ciclo y la certeza de que la emoción desbordada y el amor podían regresar. Fue año que pasé con ella. Con altas y bajas, asumo que como en cualquier relación, pero con ella. Mucho de lo que viví, hice y dejé de hacer se explica a través de ella.
Este año regresé al camino. Volví a trabajar por México y para México. Regresé a casa a hacer justo por lo que me había ido tan lejos. Poco a poco voy consolidando la visión que siempre ideé, junto con equipo fantástico que cree en mí.
Ese mismo amor lo consolidé en las aulas. Este año estuve de nuevo en el cerro, pero como titular. En una lógica muy clara, trasmitiendo lo que más me apasiona y tratrando de dejar huella como lo hicieron conmigo.
Este año viajé. Tal vez no tanto como en otros, pero me adentré en México. Lo hice por la causa y por plácer. Regresé a su fin; ese lugar del que me he enamorado tanto ya. Volví a DC, ahora como agente y no sólo como expectador.
Fue un año poco musical y de silencio de letras. Lo primero no me lo explico del todo y el segundo lo necesitaba. Necesitaba parar y cambiar. Creo que logré el objetivo. Con ello no perdí mi esencia. Fue el año en que una camada más de mis mejores amigos se fueron. Un ciclo tristemente normal, pero que los consolida a ellos.
Se fue un muy buen año. Uno de reconsrucción después de lo de papá. Año en el que regresé al camino y creo marca el principio de una vida. Sé ya lo que quiero y sé a dónde voy. El próximo estará todo en marcha ya.
martes, 31 de diciembre de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
enero
Enero de todo y de nada. De nada porque espera, porque no se mueve. Porque como regresa la normalidad en el que es el mes en el que año no inicia aún. Así es de nuevo y con ello siento que regresa todo lo que es mi vida. Poco a poco retorna lo bueno y dejo ir las muchas cargas que arrastraba. Me di cuenta de ello hace no mucho. Sin darme cuenta van pasando las cosas.
Y de todo porque llegaron los sueños de nuevo. Llegaron los correos y con ellos las ideas gigantezcas. Lo que más me emociona. Cerca, tal vez. Vuelvo al camino. Enero puso las primeras piedras para que así sea.
(alto)
Por primera vez en mucho tiempo ha cesado la necesidad de escribir. Lo cierto es que siempre ha sido por épocas. Momentos de ya no más o de tanto en lo que hacerlo se volvía una gran válvula de escape.
Ahora siento que eso ha cambiado. La necesidad es contraria. Necesito guardarme. Muchas cosas que me motivaron a escribir de nuevo ya no son, ya no están. No sé por cuánto pero siento que necesito parar. Entre papel y pluma siempre estaré. Tal vez sólo no por un momento. Pausa.
13 AMDI 99
Lo que creo. Justo en este momento de estruendos y cambios de bien. Dos años después de Cantab y la antesala de todo lo grande que viene. Premonitorio, espero.
martes, 15 de enero de 2013
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