jueves, 29 de noviembre de 2012

noviembre



Comenzó con la tradición de hace ya tantos años, pero apagando solo la vela. Ya no fue como antes y nunca lo será, pero tal y como lo pacté con la tía aquella tarde dolorosa, es algo que no puede acabar. Era lo que al Inge más le gustaba y vernos a todos reunidos de nuevo por él, como siempre, por el gran gusto me llena de tanto. Comenzaría ahí, justo donde están mis tres adorados. El tío alcahueto y lo mucho que disfruto jugar con ellos cuando me dan mis arranque de escape a carretera en el frijol.

Mes de orgullo de mamá y de familia. De unión, de aguante y de ver que las cosas poco a poco se resuelven en esa unión. Noviembre de gustos familiares y de comprender que no importan los golpes, la unión, el amor, la fuerza, es lo que nos mantiene adelante. 

El mes sería de juego y de realización en torno a él. Por una parte se cristalizaba la tesis del padawan y yo tenía el privilegio de debatirla junto la Dra. B y Dios Padre. Un gran orgullo haber podido contribuir a algo así. Uno más de casa que sale a contribuir a México de verdad, como ya lo estaba haciendo, y no sólo de manera potencial. Por la otra, o tal vez que generada por la primera, entendía por fin que ya no podía ni quería seguir desviando mi camino. Así, simplemente empezaría a enderezar todo y preparar lo que viene. Regresar a ser yo. Punto. En noviembre me llegó la claridad y ahora ya comienzo a preparar el próximo año. Salgo de este ciclo funesto, de este letargo y la pausa que implicó entender de nuevo todo. 

Y todo esto parece normal en un tiempo de cerrar ciclos, de cambios. Mes de tardes ocres y de temperaturas. Justo el momento del año en el que mejor me entiendo y me siento más cercano a mí mismo. Winter blues, aunque no sea invierno, le dicen algunos. Esos tiempos en los que flaqueas y te dejas llevar, tal y como lo hice en este mes. Comienzas a recordar y a sentir, pero después de tanto también te amarras y sabes hasta dónde llegan las cosas, en verdad. No es lo mismo. Así de sencillo.

No sé si sea sólo yo, pero hay algo en noviembre que me hizo creer que cierra ciclos. Más allá de que lo necesite, lo siento. El año se rompe ya y espero que muchas, muchas, muchas cosas lo hagan también. 

Noviembre, como siempre, en esa sobriedad amarilla fue revelador. Trae adelante y de vuelta quién soy, espero. 


medalla


Ha sido un año rudo para la Chemistry, más que para cualquiera de nosotros. Por más que J y yo intentemos animarla y levantarla es normal que le cueste todavía. Fue toda una vida.

Para mí el proceso ha sido complicado porque he sido a quien le ha tocado llevar la racionalidad. Por definición, la posición antagonista. Más difícil se ha vuelto cuando no pude ir para los homenajes al Inge. Por más que quería, el bosque me atrapó. Esta vez, no importándome las consecuencias ni lo que vaya a pasar apenas regresé, no lo iba a ser.

Medalla al mérito químico. La señal de lo grande que es la Chemistry. Gran aliciente para ella y la muestra de que no se va a dejar caer. Ahí estaremos para sostenerla.

Orgullo. Gigantezco. Lo vale y lo valdrá todo.

Es hora


Llega un momento de ya. Suficiente. Mueves, lo intentas, sigues, pero sabes que no te llena, que no te da para ser feliz. Luego, el acabose llega después de horas y horas, días y días sin parar en el que te das cuenta de que no lo vale y los que te llevan te das cuenta de que tampoco los importa. Aportar, como concepto, no es algo que se practique, entienda o quiera por esos lares. Cuando una de las únicas formas con las que te entiendes es así, necesariamente llega un conflicto insuperable.

Y claro que lo intenté y le di la oportunidad, pero llega el momento de aceptar que no será lo que haré, porque no me gusta y porque mi camino, tal vez, estaba dictado desde hace mucho y éste sólo fue un año de confirmalo. Dios Padre me lo hizo ver, no que el Peitron siempre me lo reiterara. Y las señales son tan claras y tan constantes que es ocioso intentar dejar de verlas. Ahora sí, de verdad, comienza el otro proceso. 

Ironías de la vida, porque comienza justo cuando a México le llega otra oportunidad. A mí, notificado por la televisión, para ser que me llegará también. El whatsapp, el bb pin y algunas chelas de cuates me lo confirman. Uno nunca sabes para quién trabaja y a dónde la vida te vaya a poner. Chistoso que cuando lo hice sólo fue poque creía en ello y porque sabía que podía aportar. Ahora, tal vez, será lo que me lleve de vuelta a casa.

Momento de regresar. Momento de contribuir a México. Momento para empezar a pavimentar el camino de vuelta y la permanencia. Creo en México, creo en mí. Ya fue suficiente. Es hora. 

domingo, 25 de noviembre de 2012

#41

Dave Matthews - #41

(examinar)



Sentado junto a Dios Padre y la Dra. B. Ni decir el gran privilegio que el chavo tuvo frente a él para examinarlo. Y yo, que ni la debía ni la temía, ahí también. Jugando del otro lado de la mesa, del que implica firma en acta y junto a dos monstruos a los que admiro profundamente. Extraña nueva posición.

Y la verdad es que no me la creo todavía, porque mientras tras bambalinas discutía con Dios Padre de Mox Plant y las comisiones mixtas ya lanzábamos fugaces preguntas que el padawan capotearía magistralmente. Ésa fue sólo una de las facetas, porque en la otra me era casi imposible contener la sonrisa de ver cómo uno de los padawans crecía y todo lo que había trabajado se cristalizaba dejando en asombro a quienes estábamos ahí presentes.

Qué orgullo, caray. Poco a poco salen más. Poco a poco contribuirán más.

Deseo

Jorge Drexler - Deseo 

ambrosía



Fin de semana de mí. Momento de regresar a la cocina y jugar de nuevo con los ingredientes como hacía mucho no lo hacía. Espinacas y zarzamoras, mozataza y camarones, pulpos y aceitunas. Siestas perfectas después de un whisky de coronación. Albercas y árboles que lo antecedieron. Uno de esos momentos sólo para mí. Por la noche la aventura culinaria continuaría en casa ajena, con gente ajena, y con maravillosas sonrisas gastrónomicas que terminarán publicadas en revista. Una más a las historias peculiares de este año.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Grotius, el juego y los que siguen


Un día comencé a jugar. Sólo porque era nuevo, porque podía. Otro día me di cuenta de que amaba eso por lo que jugaba y comencé a trasmitirlo. Sólo porque quería que muchos más pudieran disfrutar el mismo juego.  ¿Porque por qué no buscar que todos jueguen si es por lograr algo mejor, si es por construir, si es por México?

Años más tarde me encuentro con postales desde la Haya en mi oficina en las que me hablan de coach, de gusto y de gracias, de lo que viene.  Años más tarde me encuentro con una tesis que en su dedicatoria me dice esto:

[...] I am in no doubt that there is some common law among nations which applies to war and its conduct; so there are many urgent issues leading me to take up my pen.  I have seen a wantonness in warfare among Christmas which should be shameful even among barbarians; I have seen men sum to arms for frivolous or inexistent reasons, and having taken them up, show no reverence for divine or human law, as if at a word their fury had been unleashed and they were capable of my crime [...]

[...] We should therefore remedy their arguments, so that people are not encouraged to believe either or everything that they say [... ]

Hugo Grotius. Prolegomena.
De Jure Belli ae Pacis

Años más tarde no puedo contener la alegría de que uno más saldrá al ruedo pronto a continuar con el juego en estos términos. Años más tarde no puedo más que agradecerle a la vida el haber podido ser parte de ese proceso, de que creyeran en mí, de poder dejarme trasmitir estos anhelos. Años más tarde sigo agradeciendo a este juego lo mucho que me ha dado y lo muy feliz que ha hecho.



Yellow

Coldplay - Yellow

alto


Se vienen cierres. De año, de ciclos, de mí.  Procesos, todos, en los que claramente puedo marcar las líneas. Justo terminando aquél de día a día por el que tuve que regresar a mi lugar feliz y a la isla para entender. Llegó el momento de regresar a lo que volví. Es el momento de regresar a ser quien soy y jugar a lo que creo. Con ello, o por eso, vino una implosión y la necesidad de un alto.

Llegaría con tres días de hermanos. Los de hace tanto que siendo tan distintos y tan lejanos a ello entienden de qué les hablo. De mis ganas, de mis anhelos, de quien soy. Y así, entre comidas después de bicis boscosas y cenas de vino en el frío de noche estellada descansé toda esa carga. Irónico como a pesar de  ese vaivén acompañado al final terminó hablando sólo conmigo mismo, acordándome de quien mejor me entendía y con quien compartí todo de mí. Así con las cosas cuando suceden.

Se vienen semanas rudas. De aguante y de inteligencia, de paciencia. El alto llego en el momento indicado. 



domingo, 11 de noviembre de 2012

Typical Situation

Dave Matthews & Tim Reynolds - Typical Situation

siempre


Pasan los años y eso no cambia. Muchos cerca. Cariño que no se oculta. Otra vez tuve la oportunidad. Una noche más de anécdotas con los más cercanos. Una de las mejores cosas de mi vida.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

veintiocho

Este año no lo esperaba. Lo olvidé por completo. Añoraba más los tres días anteriores y el recuerdo de papá en la mesa. Pero también era inevitable, un año más. Uno distinto, tal vez el “Saturnazo” como A me dijo que debía llamarle. Como sea, de cambios, de golpes, de estruendos en todos colores. Y tal como la transición de los veintisiete, el cumpleaños sería igual. Ahora en un contexto distinto y con compañías de mesa que hace algunos ayeres serían impensables. Magret de canard – yo, en otras palabras - por la tarde y con los de ideología y tátarta por la noche con los tercios Jardón.  Mis pilares. Y así, en chiquito, disfrutar un nuevo año de una manera muy distinta. No que la celebración torbellino no vaya a llegar el fin, tal y como me lo dijo N. Podré haber cambiado muchas cosas en mi vida, pero ésa no puede ser una de ellas.

Lluvia de mañana y con ella un suspiro. Día de mensajes de acercamientos nuevos. De claro interés de nuevas historias que se gestan. Yo dejándome llevar y disfrutando todo lo que viene y todo lo que está llegando. Día,  también, de mensajes de sonrisas, de todos tipos, tiempos, colores y momentos. Día de sentir el aprecio, de valorarlo. De apreciar y cuidar cada momento también con una sonrisa mía. La mejor manera de sentir las cosas.

Uno más. Uno raro. Que vengan muchos. Mejor extraños que no raros.

domingo, 4 de noviembre de 2012

llega


Baja la temperatura. Lo hace puntual. En medio de lluvia revela. Curiosa prácitca de, ésta, la mejor etapa del año. En calma disfruto cada instante. Porque adoro estos momentos. Porque no sé que venga mañana. Ya no lo espero.  Porque porqué no hacerlo. Cierto o incierto. Da igual. Saborear los instantes chiquitos, futuros y pasados.

Cielo

Benny Ibarra - Cielo

continúa


Noviembre llega con sus días de puente. Siempre han sido los que más espero en el año. Desde hace mucho es el momento para juntarnos en familia.  Tradición de tanto, ya.  El pretexto siempre fue el cumple del Inge. Tenía que seguir siéndolo así. Y aunque no puedo negar lo desolador que se sintió partir el pastel por primera vez solo, sé que él es el primero en estar contento por este fin de semana. No había nada que le causara más emoción todos los años. Por eso pedí que lo seguiéramos y mientras esté en mis manos así será. Me échare las milanesas que le tocaban a él. Es mejor sonreir y recordarlo así.

Ahora con las pequeñas calamidades que nos llenan a todos. Mis consentidazos y el momento en que ya me entendí como el alcahueto tío Luis. Me encanta esta faceta.

Sigue siendo uno de los momentos que más disfruto en mi vida.

Skinny Love

Bon Iver - Skinny Love