domingo, 29 de abril de 2012
abril
Con abril llegaron los aires calurosos y sofocantes. Comenzaron en casa, en familia, mientras yo dormía todo lo que tenía que en mi hamaca. El mes continuó en ese tenor y conforme el frío se iba por completo llegaban los días apretados en clase y trabajo. Poco tiempo para hacer y mover.
Llegaron los fines completos y agendados. Ninguno para descansar al haber sido sustuídos por tertulias de celebración. Carretonadas de amigos y momentos, el gusto increíble de revivir momentos con todos y celebrar lo que se tenía que. Mes de recuerdos y de anécdotas, de amigos por montón.
Mes, también, de ir digiriendo despacito. De analizar, racionalizar y tratar de dejar de sentir. Mes de poquito a poco dejar ir una historia que tuvo muchísimos momentos fantásticos, pero también otros funestos. Mes de intentar hacerlo. Sonrisas que aunque sonrisas se van...
60 horas
Semana de facturas altas y trabajo en exceso, de horas en las que el despacho ya sólo era mío y de viajes relámpago, de juntas en calor e ideas para ajustar las cosas.
Para el final de ella poca fuerzas quedaban. Remediada con horas de experimentar en cocina y concierto de fuga de estrés. Muy bueno. Muy reponedor. Termina durmiendo con helados rojos para aminorar lo calcinantes que son los días ahora. En todos los sentidos.
sábado, 28 de abril de 2012
miércoles, 25 de abril de 2012
afortunado
Es fácil que me pierda en mis propios retos y convicciones. Ello luego no me permite ver los muchos y grandes amigos que tengo ni prucurarlos como debiera. Éstas han sido semanas en las que he podido disfrutar de muchos de ellos.
Mensajes que van desde Mérida a Ginebra, pasando por Querétaro con escala en Londres, Cholula y Trevisso. Excesos en horas,en bailes, en fiestas y conciertos, pero también en mesas largas y de pláticas inagotables. En estos días me he transportado a lugares y tiempo distintos. Todos con ellos con las sonrisas que fueron y las que son.
Pero también tiempos para escucharme, para escucharlos y para entender a través de ellos lo que ha sido mi historia. Son muchos que están aquí, los que demuestran cariño sin más.
Soy sumamente afortunado.
miércoles, 18 de abril de 2012
cansancio
Comienza a causar estragos el violento inicio de año y el ritmo sólo parece que incrementará. Tres días de hamaca no pudieron con la vorágine de todo lo que había traído ya. Éste, sin duda, está siendo uno grande. Estoy agotado. Se viene más.
La semana pasada, gracias a mi incensante inquietud y a mi irresponsable visión de las jerarquías, logré la primera estrella estando en el bosque. Riesgosa y feliz imprudencia que terminó posicionando la idea de que interpretando todo tiene sentido y todo se puede conectar. Un día más tarde ello me llevaría a asuntos lejanos de idiomas eslavos y los que vengan después.
Inicio del tiempo de excesos como celebraciones y con ellos historias habituales y nuevas que llegan. En medio, vibraciones vocales de siempre y tonadas familiares que mueven y transportan. La emoción de escuchar peces extraños y cortos circuito.
Por las noches sigo igual. Me invade la carencia como aquellas primeras semanas en la isla y al retorno de ella. Cuando por fin duermo, sueño. Ello todo lo vuelve cansado. Como nunca antes el subconciente me traiciona y me lleva a donde no quiero ir. Despierto de golpe pidiendo un respiro. Es inútil. El día también deviene así. Parafraseando a alguien más, calma y vértigo. Oráculo sintético.
Mamá decía que cuando niño me tallaba la nariz cuando estaba ya cansado. Ahora lo hago. El descanso parece que no tiene fecha próxima agendada.
lunes, 16 de abril de 2012
martes, 10 de abril de 2012
(des) fragmentado
Ayer acabé mi última clase de tratados y todas las peripecias y audacias que vienen con ellos. La di como la conozco, como me apasiona. No creo en la condescendencia que suele reinar la enseñanza del derecho. Fui a jugar con ellos, a retarlos. De otra forma no vale y no aporta nada.
Ya veré en dos semanas qué tanto lo pude trasmitir. Mientras tanto, gozo de haber podido expresarlo únicamente en la forma en la que yo lo entiendo y para lo que yo lo creo. No sé si sea la mejor, pero sí la que más me mueve. Ojalá y alguno también lo haga.
domingo, 8 de abril de 2012
algo después
sábado, 7 de abril de 2012
casa, un rato
Apenas llego y los zapatos se van para mejores tiempos. El calor afuera sólo se compara con el que me da mi familia. El naranjo, el lugar en el que más descanso y en el que me pierdo de todo.
Abue que ya tiene listos el cazón y los frijolallos, el hojaldre y el cebiche; no sin antes dejar en claro su profundo amor al Peje. Mismo que sólo enciende la larga tornamesa en la que, como siempre, todos terminanos hablando de colores y de ideas.
Alberca al sol de día y tardes de películas en la salita de la Chemistry y el Inge. Tiempo en familia como tanto necesitaba después de estos meses atolondrados. A media tarde y por la noche, mi hamaca azul, para dormilo todo, para desconectarme así.
martes, 3 de abril de 2012
días de nada
Odio estos tiempos de silencio, de calor asfixiante. Necesito moverme, empezar, hacer. En esta pausa pienso, recuerdo, por más que trate de no hacerlo. Y de ahí, pues nada, ideo para no llevar a cabo. Ilustro lo que sí y lo que no y pienso y lo vuelvo a hacer sin encontrar respuestas y sin siquiera creer que puedan llegar. Actuar o deternerme o entender, al menos, por qué una u otra. Este sentimiento de vacío y los jalones que me hacen poner la mente en todo.
Días de lunas, pero también días de nada.
Al menos hoy tuve a A y una de esas tardes-noches añejas y familiares. De las que calman.
lunes, 2 de abril de 2012
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