Mayo fue el mes en que las cosas comenzaron a cambiar. Regresó la palabra "extraño" al vocabulario y de muchas maneras regresé yo con ella. Se fueron los sentimientos de año libre, sin peine y de exlusivamente jeans y tennis. Comencé a pensar en el futuro y a actuar en torno a él.
El mes no trajo aún la certeza de lo que hay enfrente pero sí trajo certeza de lo que quiero. Para ello me arrojó muchas pistas y encuentros casuales y gratos. Mes totalmente saturado y en el que los pocos resquicios de tiempo fungieron para idear lo que viene adelante. En mayo comenzaron las negociaciones y los estira y afloje que el próximo mes tendrán que dictar el camino. A pesar de ello, la tranquilidad ha llegado ya al entender qué es lo que me mueve y lo que me hará feliz.
Mes de estudio, básica, trágica y felizmente sólo eso. Para eso está ideado en el programa y para eso fue para lo que lo aproveché. Aunque no hubo viajes de pasaporte, sí hubo dos de escape, de resistencia. El último estirón de esta aventura que ha sido tran grande y fantástica como cargada y demandante. El último día de mayo es el primero del fin.
Mayo fue un mes muy británico y pambolero. Fue también un puente, de salida y de entrada. Ahora sólo me falta saber de qué y a dónde.