domingo, 27 de febrero de 2011

febrero


Comenzó el año, ahora sí. En febrero se sentaron las cartas sobre la mesa y se asentaron las ideas. Los caminos comienzan a vislumbrarse y el futuro ya tiene alternativas.

Pasó muy rápido y en una concentración poco habitual. Señales de lo que ahora es mi vida y de lo que pretende ser unos meses más. Aceptación de la isla y con ella el llevadero letargo en el que me encuentro. Jugando a jugar. Magia pura e impulsos acádemicos que buscan satisfacer mi estancia. Plena conciencia de lo que quiero. Total.

Mes de amigos y recuerdos, de compartir. Abundancia que no muchos tienen y que yo atesoro al máximo. Certezas felices y vínculos que se extienden. Muchos de ellos.

Cierra distinto. Lo hace confuso y enojado consigo y conmigo mismo. Así sucede las veces en que uno sabe y entiende lo que siente. Será pasajero. Es parte de todo.







sábado, 26 de febrero de 2011

de la nada


A veces creo que ya se ha ido y bajo la guardia. Se siente bien creerlo. Borrar todo sin dejar rastro alguno. Nada; como si no hubiera existido. Mentira. Cuando menos lo espero, un golpe súbito me demuestra que estoy equivocado, que aún no.

Odio profundamente sentirlo. Odio también que me siga importando. Lo bueno y lo malo, todo. El silencio debería de ser suficiente. No lo es. Me importa y lo siento. Todavía puedo sentir gusto y tristeza ahí.

Last Words

The Real Tuesday Weld - Last Words

Una gran y casi desconocida canción de una casi desconocida banda en el casi desconocido soundtrack de una casi desconocida película.

lunes, 21 de febrero de 2011

M-Adrid


Existe un halo de intensidad vivaz que sólo tiene Madrid. La Puerta del Sol, sus damas ecuatorianas y quienes imploran por oro como si todavía llegara a carretonadas de Perú, dicen más de lo que quieren, añoran instantes pasados. Olor ocre y profundo a ciudad vieja con memorias de colonia. El Retiro y la Puerta, La Vía, la Castellana y sus otros dos nombres asoman los vestigios de capital. Clichés con azafrán y otros de Jabugo que me devuelven sabores admirados. Ruidos vocales, espontáneos y festivos, que definen el andar de la urbe. Elegancia informal que se mantiene intacta. Tal y cómo la recordaba cuando años atrás me sentí en casa y creí que algún día viviría aquí .

La tierra adoptiva de Drexler y los nuevos Camper viajeros, que apenas al llegar me dejaban en una de sus tantas casas, me indicaban que esta vez sería distinta. Mucho más cercana. La reconcepción del espacio y sus funciones que iniciaba en Malasaña. Las cortinas cerradas de media tarde y la fiesta tardía señalándome la verdadera esencia de este lugar. Familiaridad y facilidad. Sabores maridados con Riveras, confitados, fusionados, desconocidos, que alejaban mi paladar de sus entendidos esquemas. Mi propio reentendimiento de la ciudad. Una de las consecuencias que más valoro al vagar por la vida.

Esta vez me atrapó en aquel día del año en que todo lo es bueno y en el instante en que un cuadro me estremeció como hacía tanto no lo hacía ninguno. El líder con estrabismo justo después de los tacones multicolores, las sombras de carrusel que podían perpetuarse por horas y la maravillosa compañía a mi lado. M con la que he pasado tanto y con la que ahora me tocó compartir batallas con el chino y larga noche culminada extravagantemente madrileña, justo después del casi innombrable perro. Estupenda anfitriona. La noche anterior Phoenix, Two Door y las negativas de Döner; viernes convertido en los jueves de whiskys de la jungla terrible. También, desayunos escurridizos y otros de casa seguidos de siestas perfectas. El balance ideal que todos los viajes deben tener.

El trayecto cierra con la parsimoniosa tranquilidad de una amistad sin complicaciones y el gusto de haber podido estar cerca justo en un instante violento y cargado. Convivencia perfecta, maravilloso escape de la isla, sublimemente coronada en tonos de chocolate blanco y mascarpone.

Una canción me trajo hasta aquí

Jorge Drexler - Una canción me trajo hasta aquí

GL

martes, 15 de febrero de 2011

Jimmy C


Todos los días llevo conmigo una pequeña libreta. Gracias a ella, cualquier idea, por fugaz que sea, no se pierde en la maraña que es mi cabeza. Mejor herramienta para hilar mis irracionalidades no puedo tener. A veces me pregunto cómo retienen las ideas las personas como JC que han leído, litigado o generado cien veces más argumentos que yo. Difícil de vislumbrar.

El fin de semana alguien me dijo que es imposible sobredimensionar lo que JC te puede aportar, que dos horas con él significan seis meses de análisis con cualquier otro abogado. Palabras muy fuertes que he comprobado son ciertas. El mito encima del pedestal es real y su capacidad de llevarte al rincón que casi nadie ve es inigualable. Imposible no sentirse infinitamente chiquito. Hoy tuve mi primera sesión uno a uno con él.

Mejor recibimiento no me pudo dar al decirme, sin haberme sentado siquiera, que no podía más que estar de acuerdo con mis hipótesis. Tres preguntas que me ofuscaban resueltas con una perespectiva total de entendimiento, no sin antes recordarme que el derecho, por más que lo intentemos no está excento de creatividad y de licencias poéticas. Validación del camino elegido y andado, proyecto de futuro, palmada en la espalda y agenda de reuniones posteriores para seguir con el juego. Inigualable sensación de lenguaje común.

Lo mejor, el mito bajándose del pedestal y confesando su profunda afición por el futbol y su necesidad imperiosa, única licencia que se da, de ver el juego del día. Tal y como algunos mortales que queremos seguir sus pasos lo hacemos también.

domingo, 13 de febrero de 2011

boletos

Ésta fue una semana de boletos. En ella tuve que recoger el que próximamente me llevará a la península y al sol, a los soles, en realidad. Merecido escape de la isla. Semana, también, en la que quedó listo el boleto a donde más lejos habré llegado. El cruce de las civilzaciones me espera como uno de los viajes que más anhelaba. Rondines e ideas en medio de la vorágine de las letras.

Pero no sólo son viajes, también hay boletos de juego. Invitaciones en primera fila a la gran tertulia de verano. Acceso ilimitado a las grandes ligas y a su fiesta anual. Felicidad y compromiso. Para el final de ella llegó el boleto, mucho más cercano, al primer uno a uno. A exprimir el momento y la sabiduría del más grande de todos.

Semana de accesos, de adelantes, de frutos que se vienen y consolidan.

No surprises

Regina Spektor - No Surprises

jueves, 10 de febrero de 2011

dapper

Cuando estaba en la prepa mi escuela se encontraba a escasas tres cuadras de mi casa. Contrario a lo que se pensaría, no era poco común que llegara tarde a clases. La razón: muy sencilla, nunca me levantaba a tiempo. A tal grado llegó esa situación que hubo un momento en el que M, al llegar a la escuela, invariablemente me llamaba para que me despertara. Naturalmente, con tan poco tiempo para llegar a la escuela, sacrificaba algunos de los pláceres u obligaciones básicos - según se aprecie - como el desayuno y, sí, a veces el baño. Cuando lo segundo sucedía la técnica empleada era la de ir muy "catrín" a la escuela. Esa era la forma de disfrazarlo. Hoy, ya no puedo hacer eso. Salir de mi casa sin bañarme sólo podría ocurrir en circunstancias extremas. Extrema necesidad o extrema flojera.

Por distintas razones últimamente he dormido muy poco y he tenido una agenda muy apretada. Hoy fue el acabose de esa situación y los eventos planeados aún no terminan por el día. Irónicamente, en remebranza de esos tiempos preparatorianos, hoy por la mañana, totalmente dormido escuché a una amiga decirme: "Oh you look so dapper, today!" Sin darme cuenta, he sustituído la ausencia de sueño "con elegancia como la de Francia." Al parecer, los escollos cambian, pero las técnicas para resolver - lo que sea - no.

Espero que así como cuando en la prepa después de una peinada y unos zapatitos boleados venía un baño, hoy vengan incontables y merecidas horas de sueño.

P.D. Yeih, I'm a dapper!

miércoles, 9 de febrero de 2011

sábado, 5 de febrero de 2011

marea de viento


El viento caprichoso ha decidido tomar el lugar que el frío y la lluvia ocupaban otros meses. Este viento es distinto. Es violento. Todo lo mueve y todo lo cambia como queriendo deshacerse de lo que el invierno, que está pronto a irse, trajo consigo.

Por las noches me transporta a aquellas noches en la playa al golpear los arbustos que se asoman por mi ventana. Marea mentirosa que trae una calma arrulladora.

Club Tonight

Jorge Drexler - Club Tonight

C.U.


Poco antes de regresar a la isla decidí pasar un día en C.U. Solía hacerlo antes, cuando los tiempos eran distintos. Solo. No soy universitario ni los colores azul y oro tienen un valor preponderante en mi vida. Sin embargo, a través de estos años, he encontrado muchas razones que me unen a ese espacio. Me produce una cierta nostalgia viajera que me invita a regresar.

Ideada para integrarse con el paisaje urbano, se niega a sí misma delimitando su geografía perfectamente. Espacio donde las reglas cambian y donde la autonomía se respira pero se ejerce únicamente en esa reserva. El panóptico perfecto, el que no se entiende así.

Lugar de contrastes y contradicciones que en silencio guarda muchos de los más grandes tesoros que tenemos como pueblo. Ironicamente, también enarborla pasiones absurdas e incomprobables. Genera mitos, buenos y malos, y produce ciudadanos, también buenos y malos. La mejor expresión de igualdad y también su propio remanso. El gran y triunfal experimento social y arquitectónico. El minúsculo y evidienciante México.

No hay mejor lugar para irse a confundir, pero también, a veces, para irse a entender.