Mes de estruendos. Mes de fugaz pero determinante presencia.
Mes de lluvia que llena, que descansa.
Julio abrió temprano recordándome al abuelo y lo mucho que se respira su ausencia.
El mes también abrió corrigiendo el camino a la isla; justo ahora que se necesitaba más que nunca. Ya lo que queda poco depende de mí. En cambio, de mí dependieron muchas otras cosas. Juegos profesionales, ésos que no se entienden al momento y espero no hacerlo después.
Mes en que me di cuenta que las percepciones no fueron y no serían mas objetivas. De ahí se explica que todo haya sido vivo.
Julio y los recuerdos; diez años de caminar por mi cuenta. Mes de personas, de historias, de canciones y de todo lo que ello siginifica.
Mes de sentimientos. Mes de entendimiento previo y posterior, mío y de la situación. Mes de incomprensión consciente e inconsciente. Mes de anhelos y decisiones, fallidos y acertados. Mes de voltaje, de amplitudes y variaciones abruptas. Mes en el que no me encontré. Mes en que ante una respuesta surgía una duda. Mes de certezas. Mes en que lo di todo, a mí y a quien debí hacerlo. Mes que me exprimió. Mes que me dejó exhausto al grado de no poder moverme más, no pensar ya más. Mes en el que quise, quise y quise. Mes de mucho, mucho, mucho. Mes de fin.
Julio se va y me deja en letargo. Anuncia que el año ha cambiado y ya no será igual.